Vistas de página en total

viernes, 27 de abril de 2012

LECTORADO Y ACOLITADO

El próximo sábado día 28 de abril, en la Parroquia de la Gineta (Albacete) , recibiremos Dios mediante, la institución en los ministerios del lectorado y acolitado de manos de nuestro Obispo, Monseñor Ciriaco Benavente Mateos. Ha sido casi por sorpresa, pues desde el inicio de curso, andaba el rector buscando momento. Será el colofón de la celebración de un encuentro diocesano de jóvenes .

Es un nuevo paso en nuestro camino al sacerdocio. Pensaba esta misma tarde, mientras paseaba por las calles de Alicante de camino a la peluquería (para estar más guapo el sábado), que el Señor nos trata siempre mucho mejor que nos merecemos, y nos paga siempre en oro, con mucho oro...

Este regalo de los ministerios, es un oasis donde recuperar las fuerzas perdidas por el esfuerzo de los estudios, por las incomprensiones que surgen en el día a día, por tantas y tantas cosas que no somos capaces de leer con las “gafas” de Dios.

Hoy, de camino a la pelu, he descubierto que hace cuatro años el Señor me hizo uno de los más grandes regalos de mi vida. Aparentemente no es un “regalo” muy atractivo: está calvo, es un poco animal y muchos días no lo soporto, pero “este regalo” de Dios ha sido un fuerte apoyo para mí en este tiempo de formación en el seminario. El regalo se llama Fernando (en  el centro de la foto) y quiero desde estas líneas agradecerle todo lo que hace por mí, su preocupación por mi formación en todos los aspectos.(Aunque soy dos años mayor que él, él es ahora, tras la ordenación de Juan , el seminarista mayor).

Fernando : el sábado damos otro pasito más, estaremos como casi siempre, juntos. Juntos para descubrir que somos afortunados por esos dos pedazos de madres que tanto han tenido que trabajar para “engordarnos” y por esa Madre del cielo, que nos está formando sin parar y nos lleva de la mano al encuentro de su Hijo, sencillamente, con mucho amor…. Eso es María. Y recordaremos también que somos unos “suertudos” porque tenemos tres Padres en el cielo. Me la juego a que ese día el Padre Dios, va a darles a los nuestros de la tierra que ya están con él, un lugar muy privilegiado en el Palco de Autoridades del cielo. Allí también habrá fiesta.

Seguimos juntos, y tenemos que seguir estándolo, así es que hazme el favor de no meter la mano en la fuente del jardín con la bomba del agua encendida. Me da a mí que esas bombas de agua, made in china, no deben tener mucha seguridad.

A vosotros, amigos que seguís el Blog a pesar de lo muy cutre que es, os invito a esta fiesta, sencilla a los ojos humanos, pero llena de Misterio de Dios, Misterio de Amor. Rezad por nosotros, es el mejor regalo que podéis hacernos.

jueves, 19 de abril de 2012

IRENEO GARCIA ALONSO. "CUANDO SOY DEBIL, ENTONCES SOY FUERTE"


El pasado 14 de abril, los seminaristas de Albacete acudimos una vez más a la casa de D. Ireneo, nuestro Obispo emérito. Se ha convertido en una necesidad. Lo hemos comentado todos: ¿cómo es posible que un anciano enfermo, incapaz de hablar y moverse por sí sólo, pueda llenar tanto nuestros ánimos? ¿Qué sucede para que inevitablemente las lagrimas broten de nuestros ojos, cuando tomamos su débil mano y la besamos? Es un misterio, un gran misterio.

Se acusa a veces a los seminaristas en general de ser un poco “pelotas” y de “volverse locos” al paso de la sotana episcopal por lo que pudiera suceder en el futuro, pero en este caso no es así. En este caso no hay mitra, ni sello, ni báculo. No se ve el solideo, ni el pectoral… sólo su mirada. Esa mirada que de manera tan hermosa ha sabido describir Monseñor Francisco Cases en el libro “ Cuando soy débil, entonces soy fuerte”, un merecido homenaje a nuestro querido Obispo, del que un poco más adelante os hablaré.

D. Ireneo sólo puede mirar, y para nosotros es la mejor de las bendiciones cuando sus ojos se abren para saludarnos de la única manera que puede: mirándonos.

Su sencillo dormitorio… me gustaría que lo vierais: Cristo en la cruz, junto a Ireneo crucificado a su humilde cama. Su hermana nos decía: “ Cuando lo estoy aseando, miro a veces las cruz y pienso: dos crucificados”. Al frente de su cama, una pintura con el rostro de la Virgen María es el paisaje que contemplan sus ojos la mayor parte del día. Una sencilla mesita con un aparato de radio, con el que D. Ireneo se mantiene informado de todo lo que pasa en España y en el mundo a diario. Escucha la radio y se entera de todo. No tengo la menor duda. Si no entendiera o no escuchara no respondería como lo hace cuando, recién llegados nosotros, y a petición de su hermana que le dice: “Ireneo abre los ojitos, que han venido a verte”, sus parpados se abren de par en par.

No hace mucho alguien me decía: “ Más vale que se muriera, total… es un sufrimiento para él y para sus hermanas” y no le falta razón en la segunda parte, es un sufrimiento, pero para nada es algo inútil, para nada sus hermanas quieren que Ireneo se muera, ni nosotros sus seminaristas, que aunque tarde, hemos tenido la suerte de conocer a todo un santo.

En este último viaje hemos sabido que al enterarse nuestro Pastor del diagnostico de su enfermedad, sólo se le ocurrió decir: “Lo ofrezco todo por la Iglesia”, sabemos que esa Iglesia tiene para él un apellido: de Albacete.

El testimonio de su enfermedad, en la que sólo se le ha oído quejarse cuando el dolor ha sido insoportable, es un fiel reflejo de lo que fue su vida. Una anécdota simpática puede servirnos para conocer un poco más a fondo el carácter de D. Ireneo: un día, invitado a tomar café, no recuerdo muy bien si a una casa particular o a un convento, alguien se equivocó y cargó el del Prelado con dos o tres cucharadas de sal. Podéis imaginaros el sabor de aquella taza…. sin embargo D. Ireneo se lo acabó todo sin decir ni media palabra. Más tarde, la misma persona que se lo sirvió, corría a avisarle de que había confundido el tarro del azúcar. Ya era demasiado tarde….

Volviendo al libro del que os hablaba, he de confesar que es un auténtico surtidor de anécdotas y momentos como el que os acabo de narrar y de otros no tan simpáticos. Ha sido escrito por D. Jesús Martín Gómez, sacerdote de Toledo, el cuál ha tratado a D. Ireneo durante muchos años.

En las páginas de este hermoso homenaje, encontramos la biografía, fotografías y testimonios sobre su vida, tratado todo ello con suma elegancia y con un estilo que hace que uno se enganche a la historia con mucha facilidad.

De los muchos testimonios me gustaría destacar dos, además del de D. Francisco Cases que ya cité. Uno es el del médico que lo atendió y que reconoce que la enfermedad que se le diagnosticó (Parkinson), se vio acelerada por los múltiples sufrimientos que vivió D. Ireneo. Esto lo sabemos hasta los que aun no habíamos nacido.

Los problemas eran tan serios que D. Ireneo no pudo soportarlos. El objetivo no era hacer sufrir al Obispo, sino forzar una serie de cambios por los que D. Ireneo no estaba dispuesto a pasar , y no pasó. Hablamos por poner un ejemplo del celibato opcional del clero.

Todo esto sucedía en el amibiente postconciliar, en el que la recepción del Vaticano II en nuestra diócesis como en otras muchas, fue un auténtico “charco de ranas”. Algunos creyeron que lo que se anunciaba era un “borrón y cuenta nueva”. Tan mal se entendió, que, por poner un ejemplo, muchas de las pocas obras de arte y ornamentos que se salvaron de la Guerra Civil , desaparecieron a manos de los mismos sacerdotes. (he terminado ahora el estudio de los documentos del Concilio y no he llegado a encontrar el lugar donde dice: “quémense las casullas de guitarra y arranquense de cuajo retablos y púlpitos”)

También sé que aquellos lo hicieron porque creyeron que era lo que se les pedía, porque entendieron que ese aire fresco que entraba por la ventana del recién clausurado Concilio, era incompatible con los vetustos retablos y que había que quemar muchas de las antiguas ideas, las cuales creían apolilladas como los ornamentos.

Estas y otras muchas cosas hacían sufrir a nuestro Obispo, tan amante de la Iglesia que se le rompía el corazón cada vez que veía actuar a uno de sus hijos de forma incorrecta. Y convencido estoy que no dejó de amarlos, como convencido estoy también que ellos lo siguen queriendo… alguno me ha confesado personalmente que con el tiempo ha reconocido que las intenciones eran las mejores, pero que quizás las formas fallaron. Ya da igual. Creo que todos han sido capaces de perdonarse, si es que había algo que perdonar.

El otro testimonio que me ha gustado especialmente es el de nuestro actual Obispo Monseñor Ciriaco Benavente que hace un bellísimo repaso por la vida de D. Ireneo y cuenta la relación que con él mantiene.

Por último, y aunque esta entrada se alargue, no quiero dejar de agradecer a D. Jesús , autor del libro, la forma en que nos recibió en el despacho de su Parroquia de San Julián de Toledo. Poco tiempo tuvimos para hablar con él, pero suficiente para comprobar que quiere mucho a nuestro emérito. Tras invitarnos a volver con más tiempo, nos dedicó unos ejemplares del libro, del cual os recomiendo su lectura . Con su compra además estaréis colaborando con una obra buena.

Cuánto más conozco a los Obispos más los admiro y más respeto me suscitan. No entiendo como puede haber gente dándose cabezazos por la mitra, a ver quien la pilla primero.

lunes, 16 de abril de 2012

LLAMADOS A RESUCITAR

Hubiera podido actualizar antes, pero no me ha apetecido, de hecho no tengo nada de ganas de hacerlo, pero siento que también me debo a los que cada vez más asiduamente os asomáis a esta ventana.

Uno nunca termina de aprender a sobrellevar los golpes que da la vida. Sólo la confianza en Dios , la fuerza que de Él nos viene, es capaz de ayudarnos.

Mi madre me ha repetido en multitud de ocasiones que soy tonto de remate. Cada vez estoy más convencido de que es cierto. Siempre me ha dicho que me las dan todas en el mismo sitio, y lleva toda la razón. Me niego a creer que la gente actúe con mala intención. Siempre creo que las personas , en su sano juicio, sólo se equivocan, pero nunca buscar hacer el mal o humillar a otras personas.

Esto no es así. Lo he vuelto a comprobar hace poco. La traición existe por mucho que me duela afirmarlo. Existe la traición, la burla, y la humillación gratuita.

Esto, cuando se vive en la propia carne, siempre es doloroso, pero lo es mucho más cuando la desilusión te viene de parte de aquellos de los que esperabas palabras de aliento, comprensión, animo….

Esto pasa también en la Iglesia, lo hacen también hombres de Iglesia, muy pocos gracias a Dios. Algunos que en teoría se han formado para ser pastores y que en ocasiones bien parecen haberse convertido en zorros que atacan al redil. No les va a salir bien en este mundo, y pena me da de lo que les espera en el otro, pues la factura será mucho mas grande para los que sabiendo cómo deben actuar, se dejan llevar por la vida fácil dejando la lengua a sus siete vicios en contra de su propia familia.

Menos mal que el Jefe es otro, menos mal que al final el Juez será otro, el que decidirá nuestro futuro será Dios mismo.

Todo habla ahora de Resurrección. A eso estamos llamados. Yo le pido al Señor que me conceda la capacidad de perdonar, de resucitar por entero.
Pido también la astucia, la audacia, la paciencia, para recordar muy bien durante toda la vida las cosas que me ahora me hacen sufrir, no por rencor, sino para evitar caer en los mismos defectos. Dicen los estudios que un niño que ha crecido en una familia en la que han existido los malos tratos, tiene muchas posibilidades de ser maltratador. Líbranos Señor a nosotros de caer en esto.

CRISTO HA RESUCITADO, RESUCITEMOS CON EL.