Es casi la una de la madrugada. El lunes tras ejercicios siempre cuesta más. Ya no hay silencio. No soy una persona acostumbrada al silencio, pero tengo que reconocer que me ayuda a escucharme y a escucharlo a Él.
Me apetecía actualizar para contar nada . Ha sido un día normal en el seminario: Laudes, Misa, desayuno y clases; comida, descanso, estudio, Vísperas, cena y deporte. Dos reuniones formativas he mantenido hoy: una con el rector del seminario de Albacete , que viene a visitarnos todos los meses para ver como llevamos las cosas. Otra con mi curso de cuarto en el despacho del P. Espiritual.
Aun así, la cotidianeidad no hace olvidarme de que todo sucede bajo Su atenta mirada. Los dos observan todo , cuidan cada detalle con cariño, velan para que , aunque nos empeñemos a veces, a pesar de las trabas que les ponemos, todo sea gracia en esta casa.
En Jesús y María.
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